Historias de San Luis: ¿Patrimonio Cultural?
Patrimonio cultural no es contratar a los solistas o conjuntos de moda a nivel nacional o internacional y mezclarlos con valores locales.
Transitando la ciudad se observan atentados contra el patrimonio cultural de la ciudad y de la provincia.
Y también se comprueba la inutilidad de las leyes de protección existentes a todo nivel. No se aplican.
Están de adorno.
Uno de los últimos ejemplos de estos atentados, es el desplegado contra el monumento al coronel Juan Pascual Pringles en la plaza central de la capital puntana, con los retoques que se estaban haciendo.
Lo reflejamos con fotografías y opiniones y luego aparecieron otras voces de alerta.
Nadie controla ni sanciona estos delitos. Pareciera no importar.
Total que tiren todo, que demuelan, que talen árboles.
Hay casas con historias irrepetibles que se han destruido.
Muy pocos nuevos propietarios han recibido asesoramiento en el tema para llevar adelante su proyecto, pero conservando la esencia del lugar.
Y eso se puede, Hay ejemplos.
Patrimonio cultural no es contratar a los solistas o conjuntos de moda a nivel nacional o internacional y mezclarlos con valores locales.
Se equivocan. El concepto es otro.
Calles, casas, árboles, placas, monumentos, edificios públicos, salones, escritores, músicos, libros y mucho más forman parte del patrimonio histórico y cultural.
No se trata de poner una plaquita en determinada fecha y luego olvidarse. Creer que se ha cumplido.
Y eso es lo que se hace por estos pagos desde hace mucho tiempo.
El patrimonio cultural es una valiosa herencia tangible o intangible que se transmite y preserva de generación en generación.
¿Acá se preserva?. Algunas instituciones lo hacen, pero los gobiernos están totalmente desentendidos del tema, pese a algunas esporádicas reacciones que no se mantienen.
Hay además valiosas publicaciones sobre el tema, que circulan en reducidos círculos de lectores, o no se difunde su existencia.
Un viernes 27 de marzo de 2020 hice referencia en estos escritos al Palacio Mollo, declarado patrimonio cultural.
Por supuesto que mi enfoque no es científico sino personal, ya que siendo niño y adolescente estuve muchas veces junto a mi padre en el Palacio Mollo, ubicado en calle Rivadavia entre Lavalle y Pedernera, guiados por el ingeniero José Luis Mollo, quién tenía su vivienda frente al Palacio.
El Palacio Mollo está pegado a lo que ahora es una sala de juegos y antes fue el Cine Rex. En la vereda opuesta estaba la casa del ingeniero Mollo, al lado de un local de comidas que lo recuerdo con el nombre de La Granja, que no sé si es acertado.
Tenía una barra ancha y muy cómoda para comer en el lugar sentado en altas banquetas, o esperar el pedido de las pizzas o empanadas.
Al ingeniero José Luis Mollo lo conocí en dos etapas diferentes de mi vida.
La primera siendo niño cuando iba los días viernes a buscar el cheque con el que le pagaba los trabajos que hacía mi padre (gasista-plomero-hojalatero) en sus obras.
Y la segunda, ya de locutor y periodista en LV13 Radio Granaderos Puntanos de San Luis, que funcionaba en la calle Rivadavia 563. Ahora es la peatonal entre Belgrano y Ayacucho y en ese lugar se construyó un banco.
En la etapa radial, mi relación fue porque el ingeniero Mollo era el presidente vitalicio del Círculo Cultural de San Luis. Una entidad emblemática que organizaba veladas artísticas y culturales de protagonistas locales o nacionales.
Y por supuesto la radio era el gran medio para promocionar estas actividades.
Tuve la oportunidad, al igual que varios locutores de LV13, de presentar sus espectáculos, que generalmente eran gratuitos.
Actuaba como un “mecenas” de la cultura en San Luis, además de dedicarse a su profesión, principalmente en la construcción de obras.El Palacio Mollo es Patrimonio Cultural de la Provincia desde 1994, y su fachada fue modificada por el o los nuevos dueños.
Desconozco si respetaron las normativas de un lugar que es Patrimonio Cultural. Seguramente que sí.
Ahora hay locales comerciales, una playa de estacionamiento.
En los últimos tiempos no se lo ve con el esplendor de antaño.
Tal vez sea una impresión mía nomás.